Ciudad de México - La Agencia de Noticias Internacional Ahlul-Bayt (ABNA) ha reportado que las marchas contra la gentrificación en la Ciudad de México, centradas en los últimos meses en demandas locales como el derecho a la vivienda y el aumento del costo de vida, podrían estar mostrando gestos de solidaridad con causas internacionales, especialmente con la palestina. Aunque el conflicto entre Palestina e Israel no es el núcleo de estas protestas, la posible presencia de banderas palestinas entre los manifestantes sugiere una conexión sutil entre las luchas locales y los desafíos globales.
Según reportes de El Universal y otras fuentes periodísticas, la segunda marcha contra la gentrificación, celebrada el 20 de julio de 2025 en el barrio de Tlalpan, al sur de la Ciudad de México, reunió a unas 600 personas. Esta movilización, que partió de la estación de Metrobús Fuentes Brotantes y se dirigió hacia la estación El Caminero, tuvo como objetivo protestar contra el desplazamiento forzado de los residentes originarios y el encarecimiento desmedido de las rentas. Los manifestantes portaban pancartas con consignas como “No es desarrollo, es despojo” y “La gentrificación es colonización”, exigiendo políticas públicas que promuevan la vivienda social.
De acuerdo con algunos informes, en marchas previas contra la gentrificación, particularmente en los barrios de Roma y Condesa, se han observado señales de apoyo a Palestina. Francisco Abundis, columnista del diario Milenio, señaló en un artículo publicado el 18 de julio de 2025 que en las movilizaciones de Roma y Condesa algunos manifestantes hicieron referencia a la cuestión palestina, un gesto que podría ser fortuito o deliberado. Aunque no se han reportado pruebas concretas de la presencia de banderas palestinas en la marcha del 20 de julio en Tlalpan, la existencia de antecedentes en protestas similares refuerza la hipótesis de que este símbolo podría haber estado presente, lo que reflejaría una cierta conciencia de los activistas mexicanos sobre temas globales.
La posible aparición de banderas palestinas en las marchas contra la gentrificación, especialmente en barrios como Condesa, que tiene una historia de migración judía en la década de 1920, podría ser un reflejo de conexiones históricas y sociales. Según Abundis, a diferencia de muchos países occidentales donde el conflicto entre Palestina e Israel es un tema candente, en México esta cuestión ha recibido menos atención pública. Sin embargo, la presencia hipotética de banderas palestinas en las protestas podría indicar que algunos activistas mexicanos vinculan la gentrificación con otras formas de desplazamiento y colonización, expresando así su solidaridad con luchas globales.
Una de las organizadoras de la marcha, Name Villa del Ángel, del colectivo Asamblea Ecologista Popular, destacó la necesidad de una ley que garantice el derecho al arraigo y a la vivienda como bien común, declarando: “Exigimos políticas que promuevan la vivienda social colectiva, cooperativa y comunitaria”. Estas palabras se pronunciaron mientras algunos manifestantes coreaban consignas como “La tierra es para el pueblo, no para el extranjero”, aludiendo al impacto de la presencia extranjera en el aumento del costo de vida, un tema que podría estar vinculado indirectamente con cuestiones globales como la palestina.
No obstante, la segunda marcha estuvo marcada por algunos incidentes. Un grupo de manifestantes encapuchados, conocido como el “bloque negro”, llevó a cabo actos de vandalismo, incluyendo la rotura de vidrios en la estación de Metrobús Perisur y el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC). La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) condenó estos actos y anunció que está evaluando los daños para presentar denuncias. Por su parte, el Gobierno de la Ciudad de México y la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) informaron que la marcha concluyó con un “saldo blanco” (sin víctimas mortales) y que alrededor de 700 policías fueron desplegados para supervisar y acompañar a los manifestantes.
La posible presencia de banderas palestinas en estas marchas, aunque marginal, podría ser un indicio de una creciente conciencia entre los mexicanos sobre temas globales. Esta hipótesis sugiere que los activistas mexicanos están comenzando a tejer conexiones entre sus luchas locales y las globales, proyectando un mensaje de solidaridad con los pueblos oprimidos en otras partes del mundo, incluso si este fenómeno aún se encuentra en una etapa inicial.
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